IRIN
El Tribunal Supremo confirmó la condena de la construcción para la que trabajaba.
probado sentencia estados Rafael G. trabajó como oficial de operador de grúa desde el año 1980 para los acusados, que dispararon contra él para volver a haciendo contratos de trabajo temporales en 2009 hasta que escuchó de la terminación de su empleo.
El Tribunal Supremo reconoce la «identidad» entre las empresas y que las funciones realizadas por el trabajador fueron idéntidas en cada uno de los contratos. El empleado trató sin éxito reconoció su condición era trabajador permanente diciendo que había superado «con creces» el tiempo legalmente previsto para servir de manera temporal, una petición rechazada una y otra vez por el comercial. La sentencia del Supremo, que ha sido ponente la jueza María Lourdes Arastey, confirma que el despido fue injusto y que no existía una relación laboral por tiempo indefinido. rechaza esta decisión contradice anteriores declaraciones emitidas sobre la temporalidad de los contratos y las órdenes de la demandante al pago de las costas del proceso.